En esta novela de Gonzalo Giner, situada a partir del año 1522, nos presenta a Yago, un chaval con rasgos de autismo que sufre todo tipo de calamidades y que vive mil y una experiencias horribles hasta que se cruza en su camino un párroco (Camilo), que entenderá que es un ser especial y se esforzará por ayudarle.
La novela empieza en Granda, pero viaja incluso hasta Jamaica; conoces costumbres de la época, vives en la piel de Yago la esclavitud de las islas, el despotismo hacia los esclavos, la locura por el dinero, la avaricia, el horror del poder mal empleado… Pero también vives gestos humanos de amor, de piedad y de respeto; aunque diría que lo principal en esta novela es la virtud que posee este muchacho tan especial, que no es capaz de comunicarse con los humanos, en cambio es capaz de ver el alma de los caballos, quienes le respetan, le sienten y le obedecen ciegamente sin tan solo pronunciar una palabra.
La novela me enganchó desde el primer momento, y no me ha defraudado en absoluto. ¡OS LA RECOMIENDO!
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