Caer
Con qué facilidad podría dejarme caer, rendirme en la cama y dormir las horas del tiempo que no quiero vivir.
Dejar pasar las palabras que se acercan a mis pensamientos y los convierten en cosas que no quieren ser.
Con qué facilidad entregaría las llaves de mi casa a alguien que quisiera estar donde estoy yo ahora y pasara este tiempo que debo pasar, para devolverme luego un castillo inexpugnable y acogedor a la vez.
Dejar que sea otr@ que piense mis pensamientos, que sienta mis sentimientos y que llore mis lloramientos.
Con qué facilidad todo verdad?
Y sin embargo, decido mantenerme en pie, y vivir las horas, vivirlas conscientemente con sus propósitos y sus despropósitos, así sin más, vivirlas.
Decido guardar mis llaves y cuidar mi castillo, con sus grietas y sus ventanas, reconociendo cada rincón para amarlo desde dentro como si fuera desde fuera, y observar, observar mis pensamientos y hablar con ellos así, de tu a tu, para darles la importancia o la desimportancia que merecen.
Con qué facilidad nos damos cuenta de cuan difícil es quererse a uno mismo, tenerse respeto, valorarse y empatizarse.
Ay mira, no sé, salió así y así se fue.